¿En manos de quién dejamos el poder de decidir lo que vamos a hacer?
La opinión de los demás nos importa y nos refuerza. Nos sentimos bien con la aceptación que despertamos en el otro. El asunto es si la opinión ajena nos llega a condicionar tanto como para olvidarnos de nuestro propio criterio. O más aún, olvidarnos de nuestras aspiraciones, de nuestros principios y valores, de lo nuestro. Entiendo el “amor propio” del tuit en este sentido: Olvidarnos de nosotros y del valor de nuestro “propio amor” para acabar sometidos a las exigencias del amor ajeno.
Una reflexión para un tuit de Mars_Galaxy y viceversa
Adoración Romero Nadal - 4 de Noviembre de 2013
Nunca sacrificaría mi amor propio por la admiración ajena. El amor propio es permanente; la admiración, efímera.
— M. (@Mars_Galaxy) November 4, 2013